LA LENGUA DEL AJEDREZ

LA LENGUA DEL AJEDREZ. (publicado en el Congreso virtual Ajedu de 2020).

Colaboración especial: Carlos Martínez Piqueras (Psicólogo)

Introducción

En el presente artículo quiero reflexionar sobre alguna de las relaciones existentes entre el ajedrez y la lengua. Haremos un breve recorrido por la literatura y cómo diferentes autores han utilizado el ajedrez como eje central de sus obras, apoyándose en los recursos históricos con los que cuenta el ajedrez. Muchos de estos autores han reflejado en sus novelas, vicisitudes vitales relacionadas con la pasión y/u obsesión que ha despertado el ajedrez en sus personajes. Lejos de resultar un tópico y una imagen anacrónica (y falsa, salvo contadas excepciones) de los jugadores de ajedrez, siempre resulta intrigante observar cómo la personalidad va deformándose en ellos y el ajedrez sustituye, por completo, sus vidas.

Por último, vamos a mostrar algunos juegos y dinámicas para llevar al aula y trabajar diferentes aspectos de la lengua en clases, tanto lectivas como extraescolares.

El ajedrez en la literatura

El ajedrez ha estado presente en la literatura desde tiempos remotos. La primera vez que aparece una referencia documentada al ajedrez es en un poema persa (KARNAMAKG-i-ARTAKHSATR-i-PAPAKAN) en el siglo VI. Aunque es en siglos posteriores donde los escritos están más sólidamente aceptados por la comunidad académica y existen multitud de referencias. Sigue leyendo

EL JUEGO Y EL AJEDREZ

UN BREVE RECORRIDO SOBRE EL JUEGO.

(Fragmento del Capítulo II; págs. 60 a 65. Libro «AJEDREZ ESCOLAR: indagaciones y perspectivas». Ed. Creativa 2017).

Pensadores clásicos como Platón y Aristóteles ya daban una gran importancia al aprender jugando, y animaban a los padres para que dieran a sus hijos juguetes que ayudaran a “formar sus mentes” para actividades futuras como adultos (Quintiliano -Siglo I- también recomendaba incluir juegos en la enseñanza).

Si bien mucho después en la Europa Medieval se retrajo el desarrollo de estos conceptos y mucho después aún el Positivismo trató al juego como algo inútil, aparecieron revalorizando el juego Montessori, Dewey, Froebel y Decroly (entre otros), impulsando pedagogías con fuertes componentes lúdicos.

En la segunda mitad del siglo XIX, aparecen las primeras teorías psicológicas sobre el juego. Spencer (1855) lo consideraba como el resultado de un exceso de energía acumulada. Mediante el juego se gastan las energías sobrantes (Teoría del excedente de energía). Lázarus (1883), por el contrario, sostenía que los individuos tienden a realizar actividades difíciles y trabajosas que producen fatiga, de las que descansan mediante otras actividades como el juego, que producen relajación (Teoría de la relajación). Por su parte Groos (1898, 1901) concibe el juego como un modo de ejercitar o practicar los instintos antes de que éstos estén completamente desarrollados. El juego consistiría en un ejercicio preparatorio para el desarrollo de funciones que son necesarias para la época adulta. El fin del juego es el juego mismo, realizar la actividad que produce placer (Teoría de la  práctica o del pre-ejercicio). Sigue leyendo